Dolor y celebración: el doble drama de la madre de Martín Elías
Para Patricia Acosta, esta fecha especial para las madres coincide con el primer mes de la muerte de su hijo Martín Elías. Este domingo se oficiará una misa por la memoria del cantante a las 7 de la noche en la iglesia del Espíritu Santo en el barrio Pontevedra, en Valledupar.
En un día tan especial para las madres y a pesar todos los mensajes y felicitaciones que recibe a diario en sus redes sociales, la dueña de la famosa ‘ventana marroncita’ está muy triste.
Guardando un luto cerrado, Patricia Acosta invitó a los seguidores de Zona Cero a que la acompañen mañana en la noche, en la eucaristía que conmemorará por la memoria de su hijo y cantante en Valledupar. “Martín Elías cumple un mes de fallecido y estamos invitando a todos amigos, seguidores y la familia para que me acompañen a una misa que le vamos a hacer a mi hijo Martín Elías”, dijo Patricia en entrevista con este medio.
En medio de los recuerdos Patricia evocó los pasados días de madre que tuvo la fortuna de compartir con su hijo. “En ese encuentro del Día de la Madre salíamos siempre a almorzar. Martín me invitaba almorzar a mí a Dayana y cuando no podía estar dejaba a Dayana encargada y nos mandaba ramos de flores muy lindos y cuando llegaba venía con un regalo especial para Dayana y para mí y lo hacíamos todo juntos”.
Recientemente Patricia publicó en su cuenta de Instagram un video, en el que muestra a Martín Elías poniéndole una serenata con su carro. “Eso fue cuando sacó el disco ese que nos hizo el canto a Diomedes y a mí con ‘La historia continúa’. Yo vivía aquí en Valledupar, en un barrio que le llamaban El Mirador II, cerca de Atlantis donde estoy viviendo ahora, en un apartamento que me regaló Martín. Él estaba muy enguayabado, pues le hacía falta el papá. Martín nunca pudo superar la muerte de su papá y llegó como 6:30 a.m. Me llamó y me colocó el disco y a mí me dio mucho sentimiento y él se me acostó en el pecho y yo le sobaba la cabecita y me decía: “mami escucha lo que te saqué a ti y a mí papá”. Se puso a llorar y llorar y él mismo se secaba sus lagrimitas con la toalla. Yo me encontré ese video y lo coloqué y me dio mucha tristeza”, contó Patricia embargada por el llanto.
Sobre el consejo de madre que siempre les da a sus hijos y nietos, Patricia recalca que “el consejo que yo siempre le he dado a mis hijos es que sean prudentes, que sean obedientes y que tienen que hacer caso a la madre. Una de las cosas que siempre les digo a ellos es que los carros son objetos para transportarlo a uno de una distancia a otra, para hacer una vuelta, para andar, pero no para correr en velocidad. Que se colorara su cinturón y le echara el dedo al botoncito de la puerta y se asegurara, porque no había necesidad de correr, que la carrera traía el cansancio”.
La madre del artista recordó el último adiós y las palabras que le dijo a Martín. “Ese mismo día le dije: mijo vas para Semana Santa, no se justifica que, si como nombre lo dice se llama Semana Santa, vayas para allá y él tenía que estar en reposo: haga lo que la mamá le dice y cuando usted se vaya a montar al carro, acuérdese de su mamá, pero los designios de Dios son así. Él lo hizo, pero volvió y se bajó y apenas se montó al carro nuevamente no se amarró el cinturón y ya eso estaba escrito y ya Dios lo tenía así”, se lamentó la mujer, quien fue la esposa del Cacique Diomedes Díaz.
El Día de las Madres de Patricia
De las actividades que hará en este día, Patricia asegura que por su duelo no está para celebraciones. “Solamente voy a hacerle la misa a mi hijo, porque a él no le hicieron misa, porque la esposa es evangélica y no hacen misa y entonces siempre hay que hacerla, porque así el alma descansa en paz y con la misa se ayuda a eso y con las oraciones”.
Patricia tiene una cita con la novia de su hijo Diomedes de Jesús para salir a almorzar. “Voy a hacer la misa y a compartir con la mamá de la novia de mi hijo, con Rita Fernández y con María Eugenia, que es la novia de mi hijo y como Diomedes de Jesús quien va a tomar el canto y quiere cantar también y entonces se va mañana de viaje a Bucaramanga y yo voy a compartir un almuerzo con ellas nada más”.
Sobre la decisión de su hijo Diomedes de Jesús de retomar su carrera musical, Patricia señaló no estar de acuerdo. “Yo no es que esté muy gustosa con eso. Yo no quiero saber nada de eso, pero esas decisiones las toman ellos que son unos hombrecitos ya de 34 años y de 36 años. Yo no les digo nada, pero no estoy muy gustosa porque vea lo que le pasó a mi esposo Diomedes y ahora a Martín, pero si ellos agarran ese camino yo les apoyo, pero en oraciones”.
La rutina de Patricia gira en torno a su familia. “Yo me arrodillo a las 4 a.m. le encomiendo mis hijos a Dios, los llamo, les echo la bendición y que se haga lo que Dios quiera. Dios es el dueño de nuestra vida y todo lo uno tiene se le debe a Dios”.
Esta mamá mantiene un estilo de vida saludable que compartía en sus redes, antes de la muerte de su hijo. “Salgo a las 5 a.m. a caminar. Hace un mes preciso desde la muerte de Martín que no tengo ganas y no deseo caminar, porque no me siento tan bien y por respeto de mi duelo. Algún día cuando quiera y sienta deseos de caminar lo vuelvo a hacer nuevamente y me hace mucha falta porque ese es mi hobbies favorito: caminar y hacer ejercicio”.
De la niñez de Martín Elías, Patricia recordó que “yo fui sobreprotectora porque yo veía en Diomedes todas esas cosas que le pasaron en la tarima y no quería que Martín pasara por lo mismo en las casetas, con las botellas que iban y venían y yo le decía: “no hijo, tú no puedes cantar como tu papá, porque eso es difícil” y él me decía: Mami yo voy a ser cómo mi papá y voy a ser grande” y lo cuidaba porque él era muy pequeño y desde los siete años él quiso cantar”.
Del Cacique Diomedes también manifestó que “tengo todavía el amor de él que me acompaña. Yo nunca hice nada ni lo busqué, porque Dios siempre me dijo lo que atrás se quedó, allá atrás se quedó y nunca uno lo vuelve a recoger sino que uno va hacia adelante”.
Todos los días Patricia siempre recuerda a Martín en su corazón, donde ha dejado un vacío que nadie podrá llenar. “Lo recuerdo muy juguetón con esa sonrisa única que tenía. Muy tierno, muy cariñoso conmigo, con sus amigos, con su esposa, con sus hijos y era muy especial”.